domingo, 11 de septiembre de 2011

MUCHACHO MINERO



Catorce años llenos

de un fuego semejante


a la esperanza.


Tenía catorce años

y ya el miedo

le había reconocido


como suyo.


Si un tronco golpea el pecho


deja siempre

alguna huella.

Pero un golpe de carbón


está siempre debajo

de la piel.

Catorce años, y bajaba


ilusionado,


como si buscara cada día


un nuevo silencio.


Con todas las venas surcadas


por sonidos

semejantes a la risa.

Tenía catorce años,

pero ahora se le ha quedado negra

la mirada.

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