domingo, 11 de septiembre de 2011

MARÍA


Llevaba tantos años y palabras

que nunca estábamos seguros

de haber sido escuchados

por sus sueños.

< Tres hijos en la mina...>

Y el vientre se le hacía

como un hueco

donde han nacido flores.


Sus labios eran ciegos


para otra cosa que no fuera


la esperanza.


< Tres hijos allá dentro...>.


Y volvíamos a saber

con cuánta fuerza

están sangrando siempre


los mineros

que no han vuelto.

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