domingo, 11 de septiembre de 2011

LA CASA


No son piedras solamente

ni son troncos. Levantada

con paredes de penumbra

estremecida.

La mantienen los abrazos

maternales

y la lenta sucesión

de risa y lágrimas.

Una escala de espigas

y de rosas

parecidas a la sangre.

No son piedras solamente,

porque muertos

como enebros solitarios

la levantan.

Para hacemos más visibles

la alegría

y el pan nuevo, corazón

de tierras agrias,

un fuego muy central

y los perfiles acerados

de las lámparas.

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