domingo, 11 de septiembre de 2011

EL PAN

El pan nos sabe a hierro

y a cansancio.

El pan está tan cerca

de nuestra soledad

que no podemos


quitamos de los dientes


su agonía.


El pan no tiene nombre


cuando es tierra


que alimenta nuestra tierra


de sonrisa.


Desde el hambre puede verse


en claridad

la torpe valentía de las espigas,

cuando abril y tantas noches,

cuando el cuarzo

y la ceniza.

Cuando el negro sudor

de nuestras almas

se hace trigo.

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