Tocó la muerte a fuego
y un viento de dolor
buscó con llamaradas
el ocaso.
Salió la muerte al aire
y los caballos corrieron ciegamente
los caminos.
Buscó la sangre el pecho
y solamente el corazón
de un abedul ennegrecido.
Morir lejos del cielo
y de la luz,
morir buscando el centro
del espanto,
como una semilla
de otras muertes.
Morir bajo la piedra
y en la noche
es demasiado
para una sola muerte.
Subió la sangre al monte
y en los pozos
un grito pedernal
quedó extendido.
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